En esta película nos encontramos en la vida de una pareja preparándose para su boda pero el chico (Owen Wilson) es un escritor enamorado de la ciudad. Pero no sólo la ciudad sino de la ciudad de antaño.
El amor al pasado puede que nos bloquee el amor al futuro y nos haga olvidar que hay que vivir el presente.
Con imágenes hermosas de Paris nos metemos en su misterio y magia, y el sueño de Wilson nos llena de ganas de vivir.
Mi frase de aquí: no olvides el pasado pero vive el presente.
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